Viernes, siete menos cuarto de la tarde, recibo una llamada en mi casa, la señorita se identifica de parte del Centro Nacional de Consultoría. Yo desconfío un poco al principio –llamadas millonarias y otros crímenes. Le creo a la señorita, cuando me dice que es una encuesta y comienza por las típicas preguntas generales, le digo que no soy muestra confiable porque trabajo en publicidad y que por mi trabajo conozco las marcas, las categorías y el mercado. Ella dice: no importa. Yo le digo que no me parece correcto por que le iba a viciar la muestra. Después de una preguntas en las que traté de ser lo más objetivo posible, me pregunta sobre carros, le digo que trabajo para la cuenta de Chevrolet, ella me dice que va a consultar.
Me llama a los tres minutos y luego me dice que no hay ningún problema que su superior la autorizó a continuar. Está bien le digo, pensando en las preguntas no iban a ser específicas, ok. ¿Qué marca de carros recuerda? Me río y le digo que de Chevrolet. Luego me pregunta ¿De qué marca de carros recuerda publicidad últimamente? Le pido excusas por reirme más fuerte, ella no se lo piensa mucho y vuelve a preguntarme, le digo que de Chevrolet.
Luego me dice si recuerdo algo específico acerca de la publicidad de Chevrolet, yo le digo que ya esta bueno, que parece un mal chiste, le digo en serio que no soy apto para la encuesta, en aras de la objetividad de una investigación publicitaria. Ella no dice nada, decido responder, como un sabiondo y le digo conceptos, slogans, imágenes y le describo avisos y comerciales. Me río un poco más mientras contesto y sin ánimo de ofenderla. Ella termina preguntándome sobre marcas de cerveza y otras cosas, le contesto que muchas de las marcas las compro porque las conozco y porque trabajé para ellas. Termina dándome las gracias en nombre de Yolanda y el Centro Nacional de Consultoría. Me despido amablemente y le pido disculpas nuevamente. Cuelgo.
Nunca he sido un creyente ni un devoto de las investigaciones, pero mantenía la fé en que servian y que te podían dar luces sobre muchas cosas, que por miopía y simple subjetividad no veía. Pero después de esa llamada que resultó ser más que divertida, no sé realmente que pensar, no se si perder la fé o hacerme más preguntas sobre si funcionan o si hay que hacerlas de otra manera, o simplemente sigo creyendo que funcionan mejor el instinto y la experimentación con menos conocimiento y verdades. Para mi esta bueno, me gusta que la publicidad y el mercadeo sigan siendo ciencias inexactas, así tenemos más posibilidades de hace un trabajo más basado en el instinto, los sentimientos y que no tenga que ir detrás de los consumidores dándoles gusto y diciéndoles como son, como los conocemos y como se comportan, sino algo que le de una nueva experiencia cuando vean la televisión o abran una revista.
Es talvez la promesa de poder sorprenderlos de verdad y ver que pasa del otro lado. Cuál es su reacción, aprender experimentando, fallando y obteniendo resultados. Siendo inconformes así funcione lo que comuniquemos, para seguir buscando algo nuevo para decirles, transmitirles y entretenerlos y así vender de otra manera lo que tengamos que vender.
